Parece que la palabra emprendedor se cotiza a la baja en nuestro país y seguramente sea verdad. Mezclar términos puede crear conflicto, sobre todo, cuando se pretende fomentar actitudes empresariales, que puede que tengan éxito o no. Con esto vengo a decir, que cualquier proyecto que se tenga en mente y tenga alguna posibilidad de materializarse, entrará a formar parte de la esfera real que supone crear un negocio o una empresa y es en ese punto, donde puede que se esté hablando seriamente sobre el futuro arriesgado del emprendedor y del que busca poner en marcha su idea, trabajando para un proyecto empresarial.
No se debe confundir los dos elementos claves a tener en cuenta, a:) cuando alguien que tenga una iniciativa y un carácter emprendedor, con b:) cuando se tiene una especial iniciativa y una habilidad para los negocios, pues va a ser difilcutoso separar los dos puntos, porque ambos conceptos vienen ligados por el carácter empresarial de la iniciativa y es en ese punto, cuando puede que quede chabacano disfrazar o travestir la palabra empresario con la de emprendedor.
Por tanto no me extraña que el concepto de emprendedor quede devaluado al momento que se quiera evitar o avergonzarnos de la palabra empresario (y que a la postre seria la adecuada),una arrastra a la otra. Si bien es cierto que en esa última década hemos asistido al mas bochornoso escándalo empresarial o de vergonzantes personajes empresarios, que su único objetivo parece ser que haya sido lucrarse de forma indiscriminada y sin ningún tipo de ética profesional. Nunca pensé que la casta de empresarios podía ser tan mala e irresponsable, pero a los hechos me remito, (que no han tenido bastante con lo que nos han hecho), que aun siguen queriendo enriquecerse con otras líneas de ingresos seguros, fruto de su incompetencia (ejemplo: querer imponer peaje de pago a las autovías a costa de los usuarios, todo porque las autopistas no son rentables o los Bancos (-otros maleados-) que estamos todos sacándoles de sus tropelías y ahora se asustan por la reinvindación social, soberana y objetiva que es la dación en pago, amenzando, que si sale adelante esta constructiva idea, puede que se endurezcan los prestamos. Pandilla de bandidos)
Pues que quiebren o que cierren, si es que no tienen mas ideas o mas iniciativas emprendedoras. Pondría mas ejemplos identificando la incapacidad de personas empresarios que hemos y que seguimos sufriendo por sus malas prácticas y sus sin sentidos. Evidentemente con este panorama proponerse como candidato a ser emprendedor, es como hacer churros sin aceite, espanto y huida, seria como meterse en el mismo saco de vicios añejos. En resumen: la verguenza del empresario actual es lo que tumba al emprendedor de estos momentos.
Mejor será que quien tenga algo que crear que se le tilde como «Pringao de la vida» y seguro que le va ir mejor, porque asumirá ese rol de sensatez y de dedicación que requiere cualquier negocio por muy simple que sea.