Quién iba a pensar que la clave a la solución que no encuentran los más preparados políticos y economistas, pasa por manos también de los peluqueros.
Editorial del ‘Haircut Index’ arroja pistas sobre el crecimiento económico de un país.
Una firma americana proveedora de análisis de mercado acaba de lanzar una conclusión que extrae a través del índice de mercado Haircut Index o índice de las peluquerías.
Es uno de esos singulares índices a los que tan aficionados son los economistas americanos, donde aseguran poder medir el nivel de bienestar de una sociedad o adivinar las probabilidades de crecimiento de un país a partir de aspectos de lo más cotidianos.
El Haircut Index es un índice que vincula el crecimiento económico a la afluencia de clientes a las peluquerías. Tiene la capacidad de medir, a partir de la frecuencia y el precio de los cortes de pelo en un determinado país, no sólo el nivel medio del coste de los servicios en el mismo sino sus expectativas de crecimiento, llegando a la conclusión de que la economía se comportará de manera positiva en la medida en que los ciudadanos de un país continúen acudiendo con cierta regularidad a la peluquería.
Se ha comprobado que en condiciones normales los clientes pasan por su peluquero cada seis semanas; un plazo que se amplía hasta los dos meses cuando la situación económica empeora; y que se puede dilatar aún más cuando la recesión es profunda.
El Instituto de Estadística de Nueva Zelanda ha comprobado que los precios de los cortes de pelo adelantan con extraordinaria precisión la evolución del IPC general.
Desde esta perspectiva, una mayor frecuencia en los cortes de pelo indicaría una mayor inclinación al consumo y, por consiguiente, un avance de que la situación económica va a mejorar; por el contrario, si los ciudadanos de un país empiezan a dilatar la visita al peluquero… mal presagio para todo el país.
Así que, señor@s, animemos a los clientes a que visiten más los salones, ayudarán de esta forma a la economía del país y muy posiblemente a subir también su autoestima.
Y mis gobernantes como siempre, pagando a grandes economistas, solicitando informes, analizando macro estadísticas, etc., para llegar a la nula conclusión, de no saber ni por donde va la economía del país, ni por asomo preocuparse de si hay algún indice alternativo que pueda indicar algún atisbo de recuperación, (por muy casero que sea).